Mons. Coter: “Hay cosas que no se ven con los ojos, hay cosas que se ven con el corazón”

Mons. Coter: “Hay cosas que no se ven con los ojos, hay cosas que se ven con el corazón”

Prensa CEB 20.03.2023.- “¿Ustedes ven, están viendo o piensan que están viendo?” fue una de las preguntas que Mons. Eugenio Coter, obispo del Vicariato Apostólico de Pando que dejó este domingo 19 de marzo, durante la eucaristía de este cuarto domingo de Cuaresma. “Hay cosas que no se ven con los ojos, hay cosas que se ven con el corazón” explicó el obispo durante su homilía desde la Catedral de Riberalta.

Haciendo referencia al cuento de “El Principito” de Antoine de Saint-Exupéry, el obispo explicó que al igual que en el cuento las cosas se ven con el corazón y el Evangelio de Juan  (9,1-41) muestra esto, “cuando el corazón está cerrado no somos capaces de ver”, dijo.

La autoridad eclesial dijo que las ideologías vuelven ciegas a las personas porque manipulan la realidad, y hay gente que prefiere estar ciega a ver la realidad, por ello, pidió estar atentos a los pequeños detalles.

Asimismo pidió superar la frase “siempre se ha hecho así”, que solo refleja la incapacidad de ver que la realidad va cambiando y es usado para protegerse del esfuerzo que implica tener un pensamiento crítico.

Esta lectura del Evangelio es un  signo y lección de fe para el creyente, para enseñarle a caminar como discípulo. Jesús cura la ceguera de una persona con barro, repitiendo la creación,  porque “Jesús hace una criatura nueva de esta persona”, explicó Mons. Coter, luego lo manda a lavarse en la piscina de Siloé para que viva la experiencia de Cristo. “El discípulo es el que aprende a ver, porque nace de nuevo de la experiencia de Cristo”, enseñó el obispo, agregando que este nacer de la experiencia de Cristo le da el coraje de la verdad y de permanecer firme en la libertad que Dios le ha dado.

Por el contrario, los padres del hombre ciego son esclavos del miedo y los papás deben saber dar la cara por su hijo, dijo el obispo alentando a construir relaciones nuevas, sinceras, que de verdad abran a la vida.

“Al final queda una pregunta que debe hacerse cada uno “¿Yo soy una persona que ve o soy un ciego, y si veo, tengo el coraje de nacer y dejar que Jesús ilumine mi vida o prefiero acomodarme para que los demás no me critiquen y me traten bien, me acomodo en la vida y me hago esclavo de los demás?, dijo el obispo, dejando está interrogante para la reflexión.

Finalmente, Mons. Eugenio Coter pidió al Señor “que nos de esta libertad del Discípulo que va creciendo con él, va aprendiendo a caminar en la luz y no nos haga gente sin creatividad, encerrados en su ceguera y diciendo que solo ellos ven”.

 

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